Me naciste un domingo de febrero, satisfecha de haber llenado el vacío de un hijo que dos años antes a duras penas consiguió nacer.
Y fue un aciago martes de otoño, hoy hace justo nueve años, cuando decidiste enseñarme la prueba más dura, la de tu marcha. Nunca pensé que la orfandad se viviera en las carnes con tanto sentimiento de desamparo, nunca viví una pena tan honda; será porque te fuiste sin avisar, -¡para no dar quehacer!, que decías siempre.
Seis días con el corazón en vilo esperando para que ese maldito teléfono, al que mi hermana terminó por cambiar el tono, nos anunciara lo que ya era un hecho.
Ni un solo día ha pasado, desde entonces, sin una pincelada de tu recuerdo. ¡Cuánto me gustaría que supieras de mi añoranza! ¿O ya lo sabías?
Por eso te llevaste la receta de las patatas rellenas y la sopa de pescado que tuve que reinventar rebuscando en cada uno de mis sentidos.
Por eso, a veces, pego los bajos de los pantalones con fliselina porque no puedo dejar de escucharte las tibias reprimendas al verme coger la aguja -¡qué poca gracia tienes! decías y agrandabas tu sonrisa satisfecha al sentirte útil.
Coqueta para confesar tu edad a sabiendas de que nunca la aparentaste, la risa fácil fue tu medicina ante la vida, definías los dolores como incómodos compañeros que te recordaban que estabas viva, no en vano superaste un cáncer como quien pierde una muela pues no podías permitir que la enfermedad te arrancara uno de tus mayores deseos: conocer a tus nietos. Los disfrutaste poco pero lo suficiente para hacerles el regalo de haberte conocido.
¡Fue un aciago martes de otoño! cuando tu cabeza no pudo más.
-Hay muertes repentinas, me dijiste unos días antes empeñándote en no demorar el pago de unas pesetas que me debías.
Pero el cariño y el recuerdo son eternos y estos van por ti mamá
Hola, me acabas de conmover.
ResponderEliminarPrecioso post.
Un saludo.
Gracias Blau por seguir mi blog, encantada de conocerte, aunque sigas siendo desconocida (o al menos eso creo)
ResponderEliminarpuf, qué llorera, cuánto las echamos de menos ¿verdad? Yo todavía hay días que cojo el teléfono para llamarla y contarle que me van bien las cosas. esto no se pasa nunca. Qué bonito post y qué madre tan hermosa.
ResponderEliminarQ bonito y emotivo, Cuanto se perdieron quienes no te conocieron, y q bonita y fácil nos hiciste la vida a quienes tuvimos la suerte de tenerte y de quererte....... no hay un solo día q no me acuerde de tí!!!!! que guapa eres tía!!! primina sigue escribiendo estas letrillas q tanto me gusta leer.........
ResponderEliminarUFFF!!!!!!!! QUE ESTOY YO MUY SENSIBLE!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarPRECIOSAS PALABRAS PARA TU MADRE ... NO LA CONOCÍ PERO SI SE PARECÍA ALGO A TI ... UNA GRAN PERSONA!!!
BESOS
MARÍA
Gracias chicas por vuestros comentarios. MARCELA,yo también me sorprendo a mi misma pensando en llamarla para preguntarle algo.ANÓNIMA CRISTINA: Sé yo lo mucho que la querías y lo mucho que ella disfrutaba oyéndote cantar. MARÍA, ¡AY que sensible está la niña que va aser madre! y encima te cuento esto y encima me dices esas cosas tan guapas. Un beso para las tres
ResponderEliminar¡Que bien explicas tus sentimientos !,y que bonito es sentirse envuelta en ellos .Gracias por hacerme sentir
ResponderEliminar¡Qué señora tan guapa! Precioso Bego, un abrazo.
ResponderEliminardiosss me has hecho llorar...
ResponderEliminarAnónima H: Si te he hecho sentir ha merecido la pena, las sensaciones nos mantienen vivas. Gracias por lo que dices pues sé por qué lo dices.
ResponderEliminarBruji, gracias por el piropo, era guapa, de verdad y con un fantástico sentido del humor, te habría gustado conocerla.
Farala, bienvenida a esta tu casa aunque te haya recibido con lágrimas. Prometo empezar a sacar hilos más alegres.