Hoy me ha dado cocinillas y os voy a revelar el secreto mejor guardado: probablemente estemos hablando del mejor gazpacho del mundo, manjar de diosas, sorbos de vida... (Desde que murió mi madre estas cosas de exagerar sobre mis artes y habilidades tengo que hacerlas yo misma, lo siento)
Aprendí a hacerlo una mañana cualquiera de un verano cualquiera con una pizca de inspiración manchega a orillas del Pisuerga, después quité lo que me sobraba -a mi y a quien comparte mi plato- y lo dejé con lo justo para que cada cual, después, amplíe, complemente y satisfaga con el resto de sabor que le hace propio.
Para ello, pues, consigue unos buenos tomates rojos, maduros 1 kilo o kilo y medio (si son de pera ¡la pera!), un pimiento verde pequeño (puede ser italiano si el sabor del otro te resulta un poco fuerte), un trozo de pimiento rojo (esto le confiere rojez y sabor), un trocín de cebolla (poca que pica y carga, no mayor de lo que serían 2 gajos de naranja ) y un diente de ajo al que te has molestado en destripar (ya sabes, quitarle el ajillo ese pequeño que lleva por dentro).
Para el apartado líquido: un vaso de los pequeñajos de vino con aceite de oliva, virgen, extra, suave, dorado, maravilloso y si es arbequina ¡la bomba!, algo menos de vinagre (se puede jorobar el gazpacho con un mal vinagre) de jerez o de módena pero bueno. Un par de vasos de agua y toda la sal que te permita tu sistema cardiovascular.
Mézclalo todo en una batidora y después pásalo por un pasapurés de agujero pequeño. De esto sabe mi compañera Meli que me llevó a "los chinos" a buscar un chino y salí con el pasapurés porque ¡cómo iba yo a pedir un chino a un chino¡¡¡¡ Bueno, que me estoy liando.
Añade hielo y a la nevera.
Cuando lo sirvas debes preguntar si alguien quiere añadir pepino o pan (habrás notado que no lleva nada de ello) así quien quiera pasar la tarde repitiendo pepino que le de a la cucurbitácea y quien se quiera apanarrar pues con su pan se lo coma.
A la copa que está cerca puedes añadirle un buen clarete de Cigales: Catajarros, Carratraviesa... Un Mantel Blanco, exquisito verdejo de Nava del Rey o hasta un tinto de la Ribera del Duero: Senda de los Olivos, Carme, Mauro... ¡qué se yo!, pero de vinos os cuento otro día.
El segundo plato lo pones tú
Después despliega una manta por el suelo y...
¡ECHATE UNA BUENA SIESTA... A PODER SER: EN COMPAÑÍA!